Monday, September 21, 2015

Dr. Insólito o: Cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar a mi esposa.

          Pareciera que no han sido más que un par de meses, digo, desde aquel día en que decidí dejar de lado el ego y aceptar el camino sinuoso que nos ha traído hasta aquí.

Para quien se interese, la historia es simple: en un momento de mi vida me encontré con una decisión, y aunque ahora me parece sencilla, en su momento me causo menudo problema. Claro está que como dicen los abuelos “las cosas buenas nunca son fáciles, si así lo fueran, cualquiera las haría”, pero esta cosa más que buena era algo así como agua tibia, es decir, en caso necesario, bajo el calor del desierto, podrá quitar la sed pero, por decirlo a secas, lo hará insatisfactoriamente así, y al caso contrario, seguro que calienta, pero a poco rato se vuelve fría. 


Aquella situación no fue nada fácil eso es cierto, llegado el momento, hubo que sentarse a pensar en el futuro, ¿Se han dado cuenta que cuando uno piensa en el futuro, generalmente se piensan cosas buenas? Para ejemplo, basta recordar aquella famosa pregunta: ¿En donde se ve usted dentro 10 años? Casi seguro que nadie responde, no se: quizás en una silla de ruedas, o viviendo en la calle.

Creo que esto se debe a que fundamentalmente queremos buscar el lado positivo a nuestras circunstancias, sin darnos cuenta que indudablemente al final siempre será igual de importante considerar el peor escenario, si no es así, ¿De que otra manera podríamos evitarlo?

En esta ocasión, el peor escenario incluía muy probablemente, ser infeliz, y aunque la promesa de éxito era brillante, al final de cuentas, ¿Que es el éxito sin la felicidad? Algunos dirán que ni siquiera es éxito, y es que en realidad, así como el dinero, nadie valora más la felicidad como quien no la tiene. Con ello en mente, basto recordar que alguna vez incluso yo mismo me pregunte como es que las personas llegaban a ese lugar, donde se construyen los planes que uno sueña mientras se crece, ¿Dónde se empieza?¿Que paso debo tomar para llegar a este lugar? La respuesta resulto ser sencilla, al menos para mí; el primer paso por tonto que parezca, era simplemente decidir que yo quería ser feliz. 


Sabiendo esto, lo que siguió fue determinar que importaba para buscar este camino y al contrario aquello que me impedía seguirlo, siendo así, decidí sin pestañear que lo más importante ya estaba a mi lado, y por lo tanto era imperativo no perderle. 

Algunas personas sueñan con vivir felices, yo desperté y me decidí a trabajar cada día para serlo, y aunque debo confesar que nada de esto ha sido fácil, me reconforta saber que el plan está dando frutos; lo sé porque todas las mañanas cuando despierto me encuentro completo y tranquilo, y estoy seguro que cuando haya dolor o tristeza, no pesara sobre mi espalda lo mismo, ni estaré solo para entenderla. 

Un par de cientos de kilómetros después, decenas de horas bajo el sol, incontables historias y malaventuras, y hasta hoy por fin puedo decir, que no cambiaría absolutamente nada, que no estoy aquí por obra del azar y que si tuviera que decidir nuevamente, sin duda alguna decidiría una vez más, amar a mi esposa.